San Bartolomé es una pequeña ciudad ubicada en el centro de la isla de Lanzarote, a pocos kilómetros al sur de la capital, Arrecife. San Bartolomé es el segundo pueblo más grande del municipio al que da nombre, tras la localidad costera de Playa Honda.
Se extiende por el centro geográfico de la isla, a modo de frontera entre dos paisajes muy distintos delimitados por el...
La historia de San Bartolomé se remonta a la época preconquista de la isla, como lo demuestran ciertos yacimientos arqueológicos. En la Montaña Mina se han encontrado restos humanos de los majos, así como cerámica aborigen y malacofauna en distintas zonas del municipio. También se han descubierto canales y cazoletas excavadas en las montañas Mina, Guatisea y Montaña Blanca, cuya funcionalidad todavía se desconoce. En el núcleo urbano de San Bartolomé existió una quesera de factura aborigen que fue destruida por una nueva edificación, pero de la que se conservan fotos a color.
A partir del siglo XV, comenzaron a asentarse colonos de diversas procedencias en la aldea indígena de San Bartolomé. Esto se refleja en la diversidad de apellidos que existen en la actualidad, como Brito, Martín, Perera, Betancor, De León, Tarajano, Acosta, Berriel, García y Corujo. A finales del siglo XVIII, San Bartolomé contaba con 144 vecinos, algunas casas señoriales y la creación de la parroquia. El fundador de la parroquia fue don Cayetano Guerra Clavijo y Perdomo, hijo del Mayor Guerra que había financiado la construcción de una nueva iglesia en el pueblo.
San Bartolomé sigue siendo un pueblo importante gracias a su ubicación privilegiada en la geografía insular y a su importancia agrícola, con cultivos destacados como la batata. El auge del cultivo y exportación de la barrilla, así como la exportación de vino y aguardiente, fueron fundamentales para el desarrollo y crecimiento de San Bartolomé como municipio. En los últimos veinticinco años, la economía se ha reconfigurado en torno al turismo, lo que ha tenido un impacto en el panorama social, cultural y urbano de la población. En 2005, el municipio propuso cambiar su nombre a San Bartolomé de Ajey, pero la propuesta fue rechazada en una consulta popular.
Una de las atracciones turísticas más populares de San Bartolomé es la Casa-Museo del Campesino, ubicada en las afueras de la ciudad. El museo rinde homenaje a la cultura agrícola tradicional de la isla y cuenta con una impresionante colección de herramientas y objetos utilizados en la agricultura.
Contiene una colección de útiles e instrumentos utilizados por los campesinos. El restaurante del Monumento ofrece una...
Otro lugar de interés es la iglesia de San Bartolomé, ubicada en el centro de la ciudad. Construida en el siglo XVIII, la iglesia es un hermoso ejemplo de arquitectura canaria.
Con su rica historia, su valor religioso y cultural, y su belleza arquitectónica, la iglesia es un lugar de gran import...
La Casa Cerdeña y la Casa Mayor Guerra son dos importantes edificaciones históricas en San Bartolomé. Ambas casas son visitas recomendadas para aquellos interesados en la historia y la arquitectura de Lanzarote.
Don Francisco Tomás Guerra Clavijo, el Mayor Guerra, mandó a construir su vivienda en las laderas de los morros del Ca...
La Casa Cerdeña, Construida en el S. XVII, es una de las pocas casas antiguas y señoriales que se conservan en el muni...
Otras de las casas de referencia del pueblo, a nivel de arquitectura y a nivel de compromiso cultural es la Casa Ajei.
Se trata de un Edificio señorial de labranza del siglo XVIII que en la actualidad alberga exposiciones temporales.
entre las actividades que se pueden realizar en el pueblo de San Bartolomé destaca es la ruta a pie, que recorre el casco histórico de la localidad. Este sendero es corto pero muy impactante en cuanto a paisajes y lugares históricos. Comienza en la Iglesia de San Bartolomé y finaliza en el mismo lugar, con una distancia de 3 km y una duración aproximada de 1 hora. Durante la ruta se pueden observar algunos de los edificios más emblemáticos del municipio, como el molino de José María Gil, la Casa Mayor Guerra y la iglesia de San Bartolomé. Además, se puede disfrutar de los hermosos contrastes de paisajes de la zona, entre los que destacan el paisaje protegido de La Geria y El Jable, que muestran dos comarcas opuestas en colores y en sistemas de cultivo, pero armónicas en una agricultura de secano única.
La ruta por el casco histórico de San Bartolomé es ideal para aquellos amantes de la historia, la arquitectura y la naturaleza que quieran descubrir los rincones más bellos de este municipio y disfrutar de un entorno natural incomparable.
La festividad más importante de San Bartolomé es la fiesta en honor a su patrón, San Bartolomé, que se celebra el 24 de agosto. Durante esta celebración, la ciudad se llena de música, baile y procesiones religiosas. También se organizan ferias y mercados de artesanía y productos locales.
En resumen, San Bartolomé es una pequeña ciudad llena de encanto y tradición en el corazón de Lanzarote. Desde su iglesia histórica hasta su museo del campesino, hay mucho que ver y hacer en este destino tranquilo y auténtico.
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