Arrecife, la capital de la isla de Lanzarote, es una ciudad llena de historia y encanto, que atrae a miles de turistas cada año. Con una ubicación privilegiada en el centro de la isla, se encuentra rodeada por las aguas cristalinas del Océano Atlántico, lo que la convierte en un destino ideal para aquellos que buscan disfrutar del mar y el sol en un ambiente tranquilo y relajado.
Desde sus comienzos como modesto puerto pesquero hasta convertirse en el centro comercial y financiero de la isla, Arrecife ha mantenido su esencia y tradición, y ha sabido combinarlas con las comodidades y servicios que demanda el turismo actual. Esta ciudad es un lugar donde el pasado y el presente conviven en armonía, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y enriquecedora.
Es un destino turístico que ofrece una gran variedad de actividades y entretenimiento para todos los gustos. Desde sus playas de arena dorada hasta sus zonas comerciales y de ocio, hay algo para todo el mundo. Y no podemos olvidar su gastronomía, que es una deliciosa fusión de sabores canarios y españoles.
El origen de la ciudad de Arrecife como tal se sitúa en el siglo XV, cuando comenzó a formarse un pequeño núcleo de población alrededor de la ermita de San Ginés, situada junto a la playa de El Reducto. En esta época, Arrecife era un modesto puerto en el que se encontraba el silo de los Herrera y unas cuantas construcciones diseminadas.
La fundación oficial de Arrecife como ciudad tuvo lugar en el siglo XVI, poco después de la llegada de los conquistadores europeos a la isla. En 1402, los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle conquistaron Lanzarote, y poco después el territorio pasó a manos de la Corona de Castilla.
En 1477, las naves de Diego de Herrera avituallan y cargan materiales en el puerto de Arrecife, lo que marca el inicio de su actividad comercial. A partir de ese momento, la ciudad se desarrolló gracias al comercio marítimo, y se construyeron varios edificios y fortificaciones para protegerla de los ataques piratas.
En el siglo XVI, se construyeron varios edificios y fortificaciones para proteger la ciudad de los ataques piratas, y uno de los edificios más destacados de esta época es el Castillo de San Gabriel, bajo la dirección del ingeniero Leonardo Torriani, que fue construido en 1574 para defender la entrada del puerto de Arrecife.
En el siglo XVIII se erigió el Castillo de San José, lo que garantizaba la defensa de la localidad y de su comercio. En ese época, la barrilla fue el producto de exportación más importante de Arrecife, lo que impulsó el desarrollo del puerto y la ciudad. Sin embargo, cuando la demanda de barrilla comenzó a disminuir, la economía local se centró en la importación y exportación de la cochinilla, un insecto parásito de la tunera que se utilizaba como tinte rojizo en la industria textil británica.
Este auge de la cochinilla coincidió con la consolidación de Arrecife como centro económico y político de Lanzarote, al superar a Teguise como capital de la isla en 1847. Ese mismo año, se logró el traslado del Juzgado Militar y se alcanzó la capitalidad insular.
En el siglo XIX, la pesca se convirtió en la base de la actividad económica de la ciudad, tanto la de bajura como la realizada en la próxima costa africana; ello dio origen a una importante industria de salazones y la consiguiente aparición de salinas.
En 1852, el Decreto de Puertos Francos permitió a los puertos canarios, incluido Arrecife, comerciar en los mercados internacionales sin tener que pagar los impuestos y aduanas vigentes en el resto de España. Esto impulsó aún más el desarrollo económico y comercial de Arrecife, convirtiéndolo en un puerto importante para el comercio internacional.
En 1908, se construyó el primer muelle comercial y el desarrollo del tráfico de los primeros correíllos le permitieron conocer una nueva etapa de prosperidad.
Durante este período la base de su actividad económica fue la pesca, tanto la de bajura como la realizada en la próxima costa africana; ella dio origen a una importante industria de salazones y la consiguiente aparición de salinas. Las capturas no sólo atendían el consumo local, sino que abastecían al resto de las islas y otros países africanos.
El turismo en Arrecife comenzó a desarrollarse en la década de 1960, cuando la isla de Lanzarote se convirtió en un destino turístico popular entre los turistas europeos, principalmente británicos. Desde entonces, la ciudad ha experimentado un importante crecimiento en el sector turístico.
En la actualidad, Arrecife es el centro comercial y financiero de la isla de Lanzarote, un importante puerto de entrada para los turistas que visitan la isla y cuenta con una amplia gama de servicios y comercios. Además, su ubicación en el centro de la isla la convierte en un lugar estratégico para la distribución de bienes y servicios.
Destacan de forma especial los dos castillos mencionados, el de San Gabriel y el de San José. Al primero se accede por el bello Puente de Las Bolas, característico de la ciudad; construido sobre el islote del Quemado, su bella estampa nos habla de la heroica defensa de los habitantes ante los diversos ataques sufridos. El segundo, el de San José, se sitúa entre los muelles de Naos y Los Mármoles, sobre un promontorio; construido por orden de Carlos III, ha sido restaurado bajo la dirección de César Manrique, quedando convertido en Museo Internacional de Arte Contemporáneo.
Esta fortaleza fue construida entre 1776 y 1779 durante el reinado de la monarquía borbónica de Carlos III.
En su origen fue una fortaleza de madera, pero resultó insuficiente para cumplir con las tareas defensivas
El litoral, a pesar de su deterioro, sigue siendo prácticamente el único punto de atractivo natural. Junto al Charco de San Ginés, completamente rodeado por edificaciones, y afortunadamente saneado, se pueden señalar los islotes y arrecifes costeros, que definen el paisaje costero de la capital insular.
La playa de El Reducto, situada en el centro de la ciudad, es una de las principales atracciones turísticas de Arrecife. Esta playa de arena dorada y aguas cristalinas cuenta con todas las comodidades necesarias para disfrutar de un día en la playa.
Bandera azul de la Unión Europea, cuenta con una larga avenida que bordea el litoral marino. Su arena es dorada y fina ...
La iglesia de San Ginés es una hermosa iglesia situada en el corazón de la ciudad, y es una de las iglesias más antiguas de la isla.
Además, Arrecife cuenta con una gran cantidad de tiendas, restaurantes y bares, lo que la convierte en un lugar ideal para explorar y disfrutar de la vida local.
Arrecife se divide en varios barrios, cada uno con su propia personalidad y encanto.
Arrecife celebra una gran cantidad de festividades a lo largo del año, muchas de las cuales tienen raíces religiosas y se celebran en honor a los santos patronos de la ciudad. La más importante de estas festividades es la de San Ginés, el patrón de la ciudad, que se celebra en agosto. Durante las fiestas de San Ginés, la ciudad se llena de música, bailes, procesiones, fuegos artificiales y eventos deportivos, incluyendo la popular regata de la Bahía de Arrecife.
Otra festividad importante en Arrecife es la de la Virgen del Carmen, la patrona de los pescadores, que se celebra en julio. Durante esta festividad, se realiza una procesión marítima en la que la imagen de la Virgen es llevada en barco por los pescadores de la ciudad, seguida por una gran cantidad de barcos decorados.
Otras festividades importantes incluyen el Carnaval, que se celebra en febrero y marzo y cuenta con desfiles de carrozas y disfraces.
En general, las festividades de Arrecife son una oportunidad única para experimentar la cultura, la música y la tradición de Lanzarote, y son una muestra de la rica historia y el patrimonio cultural de la ciudad.
El carnaval canario, tan pobre en elementos autóctonos que mantengan su vigencia, tiene aquí una excepción. La Parranda Marinera de Los Buches es una agrupación, compuesta por un grupo de tocadores y cantadores y otro de bailadores. Estos últimos, ataviados de una forma peculiar y con cintas de colores, llevan las caras cubiertas, y enarbolan unos grandes buches o tripas de pescado, con los que van golpeando. Las canciones hacen referencia, mayormente, al mundo de la mar.
El Corpus, tiene también un especial significado, con la elaboración de alfombras a base de sal marina coloreada. Una muestra del aprovechamiento de un recurso, muy abundante en la isla en épocas relativamente cercanas, dado el gran número de salinas existentes, incluso en la misma capital. Las fiestas de San Ginés, en agosto, son las más antiguas de la isla, y están consideradas de interés turístico nacional. Los barquillos de vela latina, constituyen una manifestación deportiva autóctona, y que recoge la tradición de las antiguas embarcaciones dedicadas a la pesca. Por otra parte, aún se siguen realizando embarcaciones de forma artesanal, por los carpinteros de ribera.
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