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Lugares para estar todo el día descalzo

Lugares para estar todo el día descalzo
dionidlb | 22/05/2019

Si te gusta estar contacto con la naturaleza y los paraísos cercanos y auténticos, estás de suerte porque hoy hablaremos de dos lugares ideales en la isla de la Lanzarote, perfectos para desconectar y disfrutar de una escapada inolvidable. Estas zonas son Caleta de Famara y la pequeña isla de la Graciosa.

Caleta de Famara

Lo que más sorprende al visitante al llegar a Caleta de Famara es que sus calles son de fina  arena; solo están asfaltadas las principales, y sigue conservando sus callejuelas de arena y sus radiantes casas pintadas de blanco con carpintería en azules o verdes. Este precioso pueblo ha mantenido su encanto histórico como ningún otro lugar de Lanzarote.

Parece que el tiempo se hubiera detenido para siempre. En Caleta de Famara se respira tranquilidad, el silencio casi se puede tocar, allí el estrés y las preocupaciones desaparecen con un soplo de viento y la serenidad invade el alma. 

El atardecer es un espectáculo grandioso, el sol va cayendo lentamente iluminando y tiñendo con fuerza las paredes rocosas de tonos rojizos y anaranjados del Risco de Famara mientras van desapareciendo en la oscuridad los islotes del Archipiélago de Chinijo.

Caleta de Famara cuenta con números restaurantes donde se puede degustar riquísimo pescado fresco preparado al más puro estilo tradicional mientras contempla la inmensidad del océano.

Desde Famara se puede ver la isla de La Graciosa, pero para llegar hasta ahí, hay que ir a Órzola y coger un ferry que tarda unos 30 minutos.

La Graciosa

La Graciosa es una isla que pertenece al Archipiélago Chinijo y es la única que está habitada, aunque solo viven unas 600 personas. Se trata de un lugar tranquilo e idílico para relajarse y olvidarse de todo. Hay dos pueblos Pedro Barba y Caleta de Sebo.

No hay asfalto, no hace falta, sus calles son de tierra y la gente camina tranquilamente descalza por ellas. Una red de senderos permite a los caminantes y ciclistas recorrer sus confines.

Su desconocida gastronomía es sensacional, con el pescado más fresco que pueda existir.

Sin duda, este pequeño rincón del mundo, es el edén del sosiego y la quietud, donde sus playas vírgenes de aguas bravas, sus caminos de tierra, sus encantadoras casas encaladas, y sus intactos fondos marinos, son un paraíso auténtico.

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