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Quesera de Bravo

Quesera de Bravo

La Quesera de Bravo, se halla en pleno Malpaís de La Corona, cercana a los Jameos del Agua, no muy lejos de una serie de casas hondas; fue localizada por M.L. Socas y T. Bravo, conociéndose también por el apellido de este geólogo canario.

Monumento Natural de La Corona
Monumento Natural de La Corona

Jameos del Agua
Jameos del Agua

Los majos (aborígenes) realizaron estas construcciones en una superficie plana, labrando en la roca basáltica, una serie de canales alargados, más o menos paralelos, de varios metros de largo y que, a su vez, presentan algunas pequeñas divisiones internas.

Su denominación hace referencia al parecido que tienen con un gigantesco molde para elaborar queso, aunque, desde luego, no tienen nada que ver con tales menesteres. De hecho, en la actualidad, sigue constituyendo un enigma su útilidad. Algunos expertos sugieren que podrían haber sido utilizadas como refugio para el ganado, como almacenes de grano o como depósitos de agua. También se ha propuesto que podrían haber sido utilizadas con fines religiosos, como lugares de culto o tumbas.

A pesar de que su función exacta sigue siendo objeto de debate, estas queseras aborígenes son consideradas como un importante testimonio de la cultura y la historia de la isla de Lanzarote.

Se dispone de información acerca de dos queseras adicionales.  Una de ellas es La Quesera de Zonzamas, la cual se puede encontrar en el siguiente enlace:

Quesera de Zonzamas
Quesera de Zonzamas

La otra quesera fue encontrada durante la excavación de los cimientos de una casa en San Bartolomé, pero fue destruida.

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